En su corazón escondía intactos el sabor de la miel y el viento, tan dulces y suaves  como el néctar de sus besos imaginarios.
En cada partida las lágrimas amargas la fortalecían para resistir su soledad acompañada.
Una soledad llena de recuerdos y  de olvidos casi olvidados…
Cuando ella rie, todos rien…
Cuando ella está triste…el sur se pone triste y llora.
Y los que la extrañan no le dicen nada…
Y los que la aman, se muerden los labios…
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